zumbidos de abejas o avispas o abejorros en los oídos o en la mente

miércoles, agosto 19, 2009

Cae, algo cae

En la noche sientes el peso de lo inasible.
En la noche descubres, al fin, el demonio que te rondó de día. Sabías que estaba ahí, sólo que no podías verlo.
En la noche sientes tu propio peso. Y te odias.
Crees que las cosas caen por gravedad, pero sólo de noche lo adviertes: lo que cae al mismo tiempo está subiendo. Al parecer todo va en esa única dirección. ¿No será que tu mirada siempre estuvo invertida?
¿No será que Dios te hizo así para sobrevivir?
Él se ríe a escondidas, eso es seguro.

Ahora que lo pienso mejor:
¿No será Dios el demonio que esconde la noche?



Corrí por el medio del camino para que la lluvia no alcanzara mis suelas.
Pero ya las había alcanzado... Hace mucho tiempo.