zumbidos de abejas o avispas o abejorros en los oídos o en la mente

jueves, julio 27, 2006

Bukowski (2)

Esta es otra escena maravillosa del libro...

“(…) Subí y llamé al timbre. Una mirilla se abrió en la puerta. No podía ver la cara.
-¡Carta certificada!
-¡Apártese! –dijo una voz de mujer-. ¡Apártese para que pueda ver su cara!
Bueno, ya está, pensé, otra chiflada.
-Mire, señora, usted no tiene que ver mi cara. Sólo dejaré esta notificación en el buzón y usted podrá recoger su carta en Correos. Traiga su documentación.
Dejé la notificación en el buzón y empecé a salir del porche.
La puerta se abrió y ella salió corriendo. Llevaba uno de esos camisones transparentes y no llevaba sostén. Sólo unas bragas azul oscuro. (…) Su boca colgaba abierta. Llevaba un toque de lápiz de labios y tenía unas buenas tetas.
Capté todo esto mientras se abalanzaba sobre mí.
(…) Ella gritó:
-¡DEME MI CARTA!
-Señora, tendrá que... –dije yo.
Agarró la carta y se fue corriendo hacia la puerta, la abrió y entró.
¡Maldición! ¡No podías volver sin la carta certificada o el recibo firmado! Los cabrones siempre pedían firmas para todo.
(…) Fui tras ella y metí el pie en el quicio de la puerta justo a tiempo.
-¡EH, MALDITA SEA!
-¡Váyase! ¡Váyase! ¡Es usted un obseso sexual!
-¡Mire, señora! ¡Trate de comprender! ¡Tiene que firmarme el recibo de esa carta! ¡No se la puedo dar así! ¡Está usted robando el correo de los Estados Unidos!
-¡Váyase maniaco!(…) ¡NO TIENE DERECHO A ENTRAR EN MI CASA! ¡SALGA!
-¡Y usted no tiene derecho a robar el correo! ¡O me devuelve la carta o me firma el recibo, entonces me iré!
-¡Está bien! ¡Está bien! Firmaré.
(…) Me disponía a irme.
Entonces se cruzó delante de mí en la puerta, con los brazos extendidos. La carta estaba en el suelo.
-¡Obseso, obseso, obseso! ¡Ha venido aquí para violarme!
“(...) ¡SE LE VE LA MALDAD ESCRITA EN LA CARA!
-¿Cree que no lo sé? ¡Ahora déjeme salir!
Con una mano intenté apartarla a un lado. Me clavó las uñas en una de las mejillas, bien.
-¡TÚ, ZORRA! ¡QUE COÑO PASA CONTIGO!
-¿Lo ve? ¡Lo ve? ¡ES USTED UN MANIACO!
Estaba pegada a mí. La agarré por el culo y pegué mi boca a la suya. Notaba sus tetas pegadas contra mi cuerpo. Ella apartó su cabeza hacia atrás.
-¡Violador! ¡Violador! ¡Maniaco violador!
Bajé con mi boca y agarré una de sus tetas, luego pasé a la otra.
-¡Violación! ¡Violación! ¡Me están violando!
Tenía razón. Le bajé las bragas, me desabroché la cremallera y se la metí, luego la llevé en volandas hasta el sofá. Caímos sobre él.
Levantó sus piernas bien alto.
-¡VIOLACIÓN! –gritaba.
Acabé, me abroché la cremallera, recogí el correo y salí, dejándola mirando lánguidamente el techo… (…)”

Hermosa, no?

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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»

10/8/06 6:14 a. m.

 

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