zumbidos de abejas o avispas o abejorros en los oídos o en la mente

miércoles, mayo 05, 2010

A esas putas

...que por suerte no me ha tocado conocer.

acaso vienes a mi casa
incendiando piedras con tu santo dolor
de mártir universal
de puta cósmica
de lo que nunca los hombres querrán comer
desnudada expulsa
la noche llora por tu nombre

Héctor Hernández Montecinos

Poema de odio

Abrázame y despréciate, pervertida, la puta,
Ah, pero ahí están los poetas, cenan,
Rezan, se sacan la sangre y dibujan figuras y símbolos que despiertan a
/las piedras en que escriben.
Entonces todo comienza a moverse, la luna cae sola llorando un agua
/turbia, toman ellos un extraño colorido
Y la música obscura, ¿de dónde viene? Es atronadora y hace de nuestros
/oídos
Flores desvencijadas por el estrépito.
Tiéndete, perra, umbral espantoso que recorreré tantas veces,
Jamás he de pasarlo río humano;
Echo una ceniza líquida por mi vara interior, apágate llama, pero de
/todos modos he de dejarte atrás. conversaré con ellos,
Los hermosos que hacen magia con las estrellas y se embriagan con el
/espíritu de la noche y la muerte. Están sangrando.
Me quedaré con ellos a la mesa de arena mojada
Sembrada de labios o demonios.
Una fruta para mi corazón apenas si alumbra.
Apenas te he de pasar y crece de tal modo la tabla,
En el umbral de la mujer me entrego hasta las rodillas.
Bésame con humillación.
Estás en el monte maldito, ¡maldita!

Eduardo Anguita