zumbidos de abejas o avispas o abejorros en los oídos o en la mente

jueves, diciembre 21, 2006

Conversación en el ciber

El otro día estaba chateando en un ciber-café, cuando de improviso se me acerca una tipa y se me queda mirando. Luego me dice:
-Jestli máte nêjaký prání a chce nêco najít tak zkiste napsat... Zkusim to najít... Nechte mail, kdyztak pôslu link...
Obviamente me pedía el mail. "La dejé realmente impresionada", pienso yo.
Busqué un papel en mi mochila y en él le escribí mi correo. Entonces me sonrió, aunque nunca entendí bien si fue una sonrisa de aprobación o de extrañeza.
Luego agregó:
-Lidi -supuse que era una forma cariñosa de llamarme, algo así como "cielo" o "amor"-, já ten blog dêlala prês pul roku a zê mi to dalo, a ted uz na to prostê cas nemám... Treba zase nekdy o prázdninách...
Y me empieza a contar que tiene un blog. Ahí es cuando siento que hay algo definitivo entre ambos. Una conexión especial. Por supuesto, está demás decir que ella era una belleza. Tenía esos rasgos exóticos típicos de las europeas. Entonces apago el computador rápidamente y salimos juntos del local para continuar la conversación en un lugar más ameno.
Fuimos a mi casa y ese mismo día hicimos el amor toda la noche.

lunes, diciembre 18, 2006

La obsesión de leer

Quiero leer. Sólo leer y leer solo. Leer por ejemplo, a los argentinos: Puig, Lamborghini, César Aira, Abelardo Castillo, Arlt, Forn, Juan José Saer y Garcés. A los chicos-Anagrama: Andrés Neuman y Alan Pauls. Los cuentos completos de Borges, Cortázar y Benedetti. Quizás cuántos se me olvidan. A Felisberto Hernández, Soriano (que no sé si es argentino o uruguayo), Onetti. A las hermanas Ocampo. Toda latinoamérica y por supuesto Chile con Pepe Donoso, Bolaño, Manuel Rojas; la ¿novela-río? que es Umbral, de Juan o Jean Emar. Las otras grandes novelas del mundo: La montaña mágica, Juan Cristóbal, la tetralogía de Mishima, Ulises y En busca del tiempo perdido. A la tétrada latinoamericana (no sé qué relación tienen, pero me gusta clasificarlos así): Bolaño y Pauls -¿ya los había nombrado?; ¿por qué será?-, junto a Fresán (¿es mexicano, no?) y Paz Soldán (boliviano). Leer a los netamente españoles: Javier Marías, Cela, Vila-Matas y muchos miles (no exagero) que no conozco ni conoceré tal vez. A las grandes mujeres Virginia Wolf, Doris Lessing, Alice Munro, Marguerite Duras, Margaret Atwood, etc. Las últimas generaciones de raros, renovadores y freakies norteamericanos: Jonathan Safran Foer, David Foster Wallace, Douglas Coupland, Pynchon (¿existirá realmente?), Pahlaniuk. También a Houellbecq, Amèlie Nothomb, Murakami, Naief Yeiah, Pablo Palacio (de culto, ecuatoriano de primera mitad del siglo pasado). Rodrigo Rey Rosa y Paul Bowles -el primero redescubrió al segundo para Latinoamérica, traduciéndolo incluso; ¿pero quién sabe del primero ahora?-. A los clásicos modernos gringos Phillip Roth, Paul Auster -maravilloso y genial contador de historias-, Thomas (no Tom, aunque no es malo) Wolfe, Richard Ford, Sallinger, Carver y Cheever. Leer, leer y leer. La lista se hace infinita. A los orientales Kazuo Ishiguro, Kawabata, Gao Xinjian y tantos otros (busquen hasta debajo de las piedras y van a encontrar por montones). Al turco y Nobel Pamuk; a Rushdie; a Kureishi; a Kundera. A Coetzee. Al gran transformador junto con Joyce: Faulkner. A los otros clásicos: Hemingway, Conrad, Melville, William Carlos Williams, Ford Madox Ford. ¡Maldición!, hay tantos que se me olvidan. Finalmente, leer a un larguísimo etcétera de etcéteras.

¿Quiénes son los hombres sin ética?

Hace unos 4 años Cristóbal me preguntó al final de cierta conversación -y como la conclusión lógica que él infería de lo que yo le había estado diciendo- si acaso el fin justificaba los medios. "Sí" contesté no del todo seguro, pero consciente de que defendía una posición y tenía que hacer valer mi opinión. Luego de un tiempo me di cuenta de que no podía estar más errado. Y ahora me doy cuenta de que este es el punto central en toda la discusión armada esta última semana a raíz de la muerte de cierto general en Chile. No me gusta emitir juicios de valor (en realidad lo hago todo el tiempo, pero no me gusta) frente a situaciones que no conozco del todo o que no he vivido, sobre todo porque sé que toda situación se da dentro de un contexto particular y si hablamos de situaciones límite, este contexto se lleva al extremo, pudiendo alterar radicalmente la ética de una persona o de un país entero. Sin embargo, sea esto algo de caracter religioso o no, creo que la afirmación "el fin justifica los medios" es inaceptable bajo cualquier punto de vista siempre que se pase por encima de la dignidad humana y, más aun, por encima de las mismas vidas humanas.
El ideal de salvar o proteger una nación es siempre noble, y es el hombre quien lo ensucia o lo reafirma según los móviles para llevarlo acabo. Entonces, ¿quiénes son los hombres sin ética? Siempre hay que tener en cuenta el contexto en que se da toda situación. Y en este caso, el defensor resultó ser el hombre sin ética. Pero de no haber intervenido, quién sabe si no hubiera sido otro, tal vez el mismo a quien él combatió.

martes, diciembre 05, 2006

Tras el espejo

Tras el espejo

Ver a través del espejo
Verse a través del espejo
Verse a través del mundo
Verse a través de los otros
Nunca es igual
Mirar y admirarse uno
Todo gira en torno a ti, solo a ti
Gira y gira la ruleta del infortunio
De repente el círculo se rompe
La luz llega directo a tu pupila
prístina, sin smog
Ver a través del espejo
Verse al otro lado del espejo

viernes, diciembre 01, 2006

La cinefilia de Torres Leiva

Ahora que lo pienso detenidamente, no escribí nada sobre los gustos de José Luis Torres o algo que les dé, a quienes no habían escuchado de él, alguna idea sobre el tipo de cine que hace.
En un artículo publicado en el suplemento Cultura de La Tercera del 21 de octubre él dice:
"Me interesa mostrar lo esencial, dar señales solamente y que sea el público quien arme su propia película.
Me gusta que el cine sea transparente, como en el tiempo de los Lumière. Que no haya una historia que dirija, sino que las cosas sólo pasen frente a la cámara. Si uno deja la cámara por un rato extenso, empiezas a ver cosas en las que nunca te habías fijado. Las sensaciones empiezan a entrar por otros lados".
Según el artículo, Torres no usa música incidental en sus trabajos y tampoco su primera película la tendrá.
Le gusta filmar planos largos y contemplativos. Y en un reportaje que leí el año pasado en la revista Paula, él decía algo así como que su sueño o ideal era hacer dormir a la audiencia, como pasa con los filmes del tailandés Apichatpong Weerasethakul. Aunque no he visto ninguna de las obras de Torres aún, todo esto me recuerda el filme Madre e hijo de Alexandr Sokurov, donde hay larguísimos planos de paisajes (luminosamente fotografiados, por cierto) y donde no pasa nada en toda la hora y media que dura la filmación (hablando desde el punto de vista del espectador promedio). ¿El cine de Torres será así también?
Pero en fin... ¿Qué mejor -y con esto termino de latearlos- para conocer a un autor que conocer sus referentes? En la revista Paula nombraba algunos: Robert Bresson, Antonioni, Chantal Akerman, Bergman, Tarkovsky, Bill Viola, Harmony Korine, Gus van Sant, Nuri Bilge Ceylan, Apichatpong Weerasethakul, Frederick Wiseman, Lars Von Trier y Yasujiro Ozu.
Puro filete, jaja. No, de verdad, yo creo que este tipo se viene con todo. Estén atentos.