zumbidos de abejas o avispas o abejorros en los oídos o en la mente

domingo, octubre 25, 2009

Reformular la Historia de colegio

Parte 1: Introducción

¿Para qué sirve la historia que nos hacen estudiar en el colegio?

¿Para que el niño tenga lo que llamamos “cultura general”? Eso, como mínimo. Aunque parece que actualmente, y con suerte, ese es también el máximo. Los ramos de Historia podrían ser mil veces más útiles e interesantes si enseñaran a tomar conciencia del mundo en que vivimos, si nos enseñaran ese mundo tal como es, y nos enseñaran a pensar de maneras distintas (y con esto me refiero a que se limite menos a mostrar ciertos hechos y más a hacernos pensar sobre ellos). Y quizá, que las materias se elaboraran más a partir del presente que del pasado.

Parte 2: Divagaciones

Por ejemplo, tenemos un Estado chileno secular (en teoría), pero parece que las enseñanzas de la Iglesia se cuelan como odiosas goteras durante una lluvia de invierno. Dos meses atrás, en el CEP, un connotado abogado expuso detalladamente cómo es que dentro de las razones que dio el tribunal constitucional (TC) para prohibir la venta y erogación del fármaco Postinor-2 (“píldora del día después”), sólo las más irrelevantes de ellas eran verdaderas, en tanto que las relevantes resultaban falsas (es decir, quien habló acusaba manipulación de la información por parte del tribunal). ¿Quién legisla, entonces, al TC?

Me hubiera encantado que en vez de que me pasaran año por medio de la enseñanza básica la historia de Grecia y Roma –cada vez con un poco más de profundidad (para ser exactos: 10 páginas más del libro-guía)–, me hablaran de los antecedentes del movimiento estudiantil del 2006, el movimiento de los “pingüinos”. Que nos hablaran de Mayo del ’68. De las protestas, de la forma de vida en esa época. Que entendiéramos las ideologías y filosofías detrás de eso. Que nos hablaran, también, de la matanza de Tlatelolco en México y de la de Tiananmen en China.

Son tantos los fines a los cuales poder encausar el poder de la historia. Quizá tengo en mente la vieja forma de hacer escuela y quisiera rescatar lo bueno de entonces, donde la educación estaba muy ligada a la vida misma, donde la educación tenía mucho de pragmática; ahí donde enseñaban cocina y bordado a las niñas en los liceos.

Vamos por parte. Para crear cultura. Podrían hablar de las “pequeñas” (no creo que ninguna sea pequeña, en verdad) guerras en el mundo. Guerras que causaron las eternas enemistades entre ingleses e irlandeses, entre griegos y turcos, etc. Hablar de que en Bolivia hay una alta sociedad y una baja –que son como el agua y el aceite–, separadas incluso geográficamente. Que hay allí una ciudad de Santa Cruz que prácticamente declara su independencia de la nación (no sé si de manera similar al caso Hong-Kong-China).

Creo que durante todo el colegio no habré escuchado más de una vez hablar de Apartheid, y sin embargo (o tal vez por esa razón) le pregunto a cualquiera y nadie sabe qué es. ¡El Apartheid! La historia de racismo más grande, quizá, luego del asunto de los judíos. Asimismo, de Viet-Nam o del franquismo nunca se habló nada relevante (si es que se habló algo).

Sigamos. Para crear conciencia. Creo que las muertes en Tinguiririca en el 1500 no interesan a nadie. Efecto que sí podrían tener ejemplos más cercanos, como la guerra de las Islas Malvinas. Se dice que de aquí a unos pocos años más la cifra de suicidios de veteranos de esa guerra alcanzará a la cifra de los muertos en combate. La alienación que causa la guerra en los soldados siempre es un tema menor que termina olvidándose u ocultándose, similar a lo que pasa con el síndrome post-aborto en la mujeres, del que, a pesar de afectar –de forma gravitante– a la mayoría de ellas, poco se habla.

Me gustaría que me hubiesen hablado de la América, nuestra América, en dictadura, pues considero importante las conexiones que puedan establecerse entre el Chile de Pinochet, la Argentina pre y post-Perón, el Brasil del ’64 al ‘85 y todas las otras, todas en períodos de tiempo cercanos. Que nos hablasen de la guerrilla en Colombia, de las maras en Guatemala o Nicaragua, o del funcionamiento y control casi estatal que ejercen algunas mafias en algunos países (la Camorra o la Cosa Nostra en Italia, los yakuza en Japón), países con gente oprimida que lo único que desea es, como en Cuba, tomar un bote y largarse de ahí. Que nos hablen de eso para entender lo hermoso que es vivir en Chile.

Que nos hablen de la cultura de otras latitudes, para que sepamos, por ejemplo, que sólo aquí es normal comer pan al desayuno, al almuerzo y a las onces (¡y comerlo en tal cantidad, además!), y que esa, tal vez, sea una de las causas de los índices tan altos de obesidad en el país. En fin. Quisiera que nos hablaran de todo esto y más. Porque…

Parte 3: Escuálida conclusión

… Si no es en Historia, ¿dónde? Esto es vida. Y la historia que se nos pasa en el colegio debiera estar estrechamente ligada a ella. No a hablar una y otra y otra vez sobre la I y II Guerras Mundiales. ¡Tanto, que nos cansamos y, al final, terminamos olvidándolo todo!

sábado, octubre 24, 2009

Mi escritura

Sobre todo se trata de leer. Sí, de leer. Más que de escribir. Aunque algunos dirán también, que leyendo se escribe. Quizá lo dijo Borges. En fin, siguiendo el ejemplo de éste y muchos otros autores que han afirmado durante sus vidas que antes de ser buenos escritores fueron buenos lectores, ahora agarro y leo libro que se me pasa por enfrente. O al menos trato, considerando mi velocidad de lectura, de la que ya he hablado antes aquí.

A la par, estoy escribiendo más. Y escribiendo y tratando de definir cuál es mi voz es que me encontré pensando en Bolaño. Luego en Zambra. Pensé, también, que escribía como una mezcla entre ambos estilos. Eso hasta que me topé con el volumen de cuentos En compañía de actores, del chileno Pablo Torche, quien a su vez, por lo que entendí del epígrafe y la reseña de contraportada, escribe como -u "homeanejea", por no decir roba a- Thomas Bernhard, el gran escritor en lengua alemana del siglo pasado. Así que ahora, sin haber leido antes a ninguno de los dos, sé que escribo en un estilo aproximadamente semejante al de ambos. Ahora la pregunta es: ¿saber esto tiene utilidad?, ¿me sirve para alguna huevada? No creo.

Termino citando un pasaje del cuento La crítica de arte del libro mencionado de Torche:

"(...) Yo le pregunté a la crítica de arte cuántos meses de embarazo tenía, era una pregunta perversa, pero la crítica de arte no lo sabía, llegué y le pregunté desfachatadamente cuántos meses de embarazo tenía y la crítica de arte no se dio cuenta de que era una pregunta perversa, en realidad sí que fue un verdadero improperio llegar y preguntarle cuántos meses de embarazo tenía, me dijo, tengo seis meses, con un tono lastimero infinito, tengo seis meses dijo y yo en seguida le pregunté si iba a tener que guardar reposo hasta el parto, me sentí bien haciendo toda clase de preguntas, ya tenía también muchas otras preguntas que hacerle, la crítica de arte me dijo que no sabía si iba a tener que estar en reposo hasta el parto, la crítica de arte pinta cuadros horribles, asco, yo seguía con mis preguntas perversas porque mis preguntas perversas me caían bien a mí, me importaba un bledo cómo le cayeran a la crítica de arte, si la intoxicaban hasta matarla me importaba un bledo, qué expectativas tiene, le dije con brutalidad, ¿tiene buenas expectativas?, quería saber, ¿o expectativas horribles? Tal vez tenía expectativas horribles, de hecho, a juzgar por el tamaño de la barriga lo más probable es que las expectativas hayan sido realmente horribles, verdaderamente horribles, yo no veía ninguna posibilidad de que fueran ni siquiera normales, la crítica de arte no me respondió, simplemente dijo que no creía que aguantara hasta los nueve meses, mejor dicho, dijo que en ningún caso pensaba que podía aguantar hasta los nueve meses, que se daría con una piedra en el pecho si lograba aguantar hasta los siete meses, dijo y yo me dije, trata de aguantar por lo menos hasta los siete meses porque si no, pensé lleno de risa, vas a dar a luz una sanguijuela, a mí me dieron a luz a los nueve meses y soy apenas un poco más que una sanguijuela, la mayor parte del tiempo soy de hecho una sanguijuela, si tú das a luz antes de los siete meses, pensé, mirando su barriga, vas a dar a luz un proyecto abortado de sanguijuela, creo que se lo dije, incluso, si no me diera cuenta de que es realmente imposible que se lo haya dicho, juraría haber pronunciado las palabras "proyecto de sanguijuela", al menos la palabra sanguijuela la pronuncié, de eso estoy seguro, no sé en qué contexto, pero de que pronuncié la palabra sanguijuela la pronuncié, pero la crítica de arte no dijo nada más (...)".

viernes, octubre 23, 2009

La integridad de El Mercurio

"Sí. El Mercurio siempre ha sido de una sola línea. Una línea curva, que como tú sabes, esa es también una línea."


Carlos Droguett*, en entrevista de 1975 con Jaime Ignacio Ossa**

*Escritor chileno (1912-1996). Premio Nacional de Literatura. Publicó, entre otras novelas, Patas de perro, El compadre y Eloy, con una prosa única, desgarrada, marginal y torrencial. También escribe 60 muertos en la escalera -donde ficciona sobre la revuelta y matanza del Seguro Obrero en época de Alessandri Palma- y Matar a los viejos -donde pinta un retrato bastante particular de Pinochet-.En 1975 se fue exiliado y nunca volvió a Chile. Murió en Berna, Suiza.

**Dramaturgo (1943-1975), poeta chileno y profesor de literatura en la Universidad Católica. Militante del MIR, fue torturado y asesinado durante la dictadura de Pinochet, días después de haber realizado esta entrevista. Su cuerpo fue encontrado sin ojos ni uñas.

martes, octubre 13, 2009

Ojalá llegara el día en que...


lunes, octubre 05, 2009

Por Mercedes

MERCEDES SOSA
(1935 - 2009)




La primera vez que escuché de pequeño el Gracias a la vida fue en la maravillosa tonada de esta cantautora argentina. Su voz sonaba ronca, llena, profunda, y qué decir de la letra de Violeta Parra, a quien siempre rindió honores y tributo, siendo ambas ejemplo de compromiso social.

Siento que no puedo agregar nada que no haya sido, esté siendo o sea dicho por otro medio el día de mañana. Internet se llenará de notas y comentarios sobre la artista, sus discos, probablemente, tendrán un cuantioso auge de ventas en Chile, Argentina y otros países; yo sólo espero que en cinco generaciones más esa voz plena de sentido siga sonando (y soñando) en los parlantes de alguna casa modesta o acomodada y llegue a los oídos de algún niño curioso que pueda aprender y rescatar de ella, de esa voz y la personalidad tras esa voz, algo nuevo y algo valioso. Algo de bondad, de belleza... o de vida.

...ya no hay palabras, sólo las que se ha llevado su voz...


Zamba para no morir

Letra: Hamlet Lima Quintana
Música: Ambros-Rosales


Romperá la tarde mi voz
hasta el eco de ayer
voy quedándome sólo al final
muerto de sed, harto de andar
pero sigo creciendo en el sol, vivo

Era el tiempo viejo la flor
la madera frutal
luego el hacha se puso a golpear
verse caer, sólo rodar
pero el árbol reverdecerá, nuevo

Al quemarse en el cielo la luz del día, me voy
con el cuero asombrado me iré
ronca al gritar que volveré
repartida en el aire a cantar, siempre

Mi razón no pide piedad
se dispone a partir
no me gusta las muerte ritual
sólo dormir, verme borrar
una historia me recordará, vivo

Veo el campo, el fruto, la miel
y estas ganas de amar
no me puede el olvido vencer
hoy como ayer, siempre llegar
en el hijo se puede volver, nueva