Mientras estaba en la montaña me sentí acogido y sobrecogido por ella. El cielo se abrió y el sol se me reveló por momentos como el astro-rey-de-las-cumbres, cubriéndolo todo con su calor. Había muy poca gente, por lo que pude disfrutar de una manera especial: cantando.
Dicen que dicen andan diciendo
tantas palabras que dicen mal
como un eclipse se van comiendo
la verdad
Libre es un pueblo cuando hay futuro
y hay sueños más que conformidad
Libres no es perdidos por el mundo,
libertad
A medida que descendía por las laderas silentes y solitarias, mi espíritu iba abriéndose al encanto natural del lugar.
Hoy las palabras confunden todo
muestran cincuenta y esconden cien
Tanto poder en manos de pocos
no está bien
Tiempo es dinero y dinero es todo
todo a algún precio y ningún valor
El hombre es tiempo y brotó del lodo
por amor
Se me vinieron las hermosas letras de Pedro Aznar a la cabeza, de inmediato. Quería cantar con todo lo que tenía, quería llenar espacios, y "Muñequitos de papel" fue el vehículo preciso para expresar esto. Ascendí por el andarivel, sentado, una vez más; solo, como nunca antes... Y cantaba:
Muñequitos de papel, mazapán y cordel
Quien les puso el cascabel vino a ver, bailen bien
Testaferrros del poder, sin querer
Cancerberos del querer sin poder
Muñequitos de papel sin laurel, sin laurel
En un tren fuera de riel, barco sin timonel,
las promesas del ayer, leche y miel, leche y miel
Si la historia ha de atenuar su traición
cuántas vidas de pesar pesan hoy?
Muñequitos de papel sorda piel, sorda piel
Imaginaba su voz en mi voz y ésta se encendía, traspasaba espacios. No era afinada ni desafinada, porque no había nadie más para juzgarlo. Era potente y perfecta para mí. Sólo eso importaba.
Al final del día, con el cansancio acentuando el recogimiento, me despedí apropiándome del hermoso recuerdo que conformaba todo. El piano y el sentimiento ya comenzaban a escucharse...
Cuando me vaya lejos, por caminos de piedra,
buscando de las cumbres la mejor claridad,
con un recuerdo antiguo y una esperanza nueva
formaré las canciones para mi soledad...
Cuando me vaya lejos, por tierras arribeñas
y me fatigue el áspero camino del breñal,
en el viento que pasa y en la estrella que sueña
aprenderé canciones para mi soledad...
Y si muero en las sendas, manos desconocidas
humildemente juntas sus rezos dejarán...
Y algún arriero kolla, señor de lejanías,
cantará sus bagualas para mi soledad...!
(Nota: Las primeras 4 estrofas corresponden al tema Dicen que dicen, las siguientes 2, a Muñequitos de papel, y las últimas 3, a Soledad, Jujuy 1941, éste último de Atahualpa Yupanqui y Pedro Aznar. El resto, ambos del cantante y compositor argentino Pedro Aznar)